3 Pasos sencillos para gestionar la presión laboral y no morir en el intento

Lic. Wagner Eduarte

3 Pasos sencillos para gestionar la presión laboral y no morir en el intento

¿Quién no ha dicho el estrés me está asfixiando? Sin duda nos encontramos en la era de la velocidad, esto a su vez activa un escenario de exigencia y competencia voraz, que lleva a las organizaciones a implementar acciones que permitan anticipar a su competencia y a crear una experiencia memorable hacia el cliente.

Es en este contexto donde surge la presión laboral, incluso hay que reconocer que hay estilos gerenciales que son adictos a promoverla e inyectarla en su planeación estratégica, alguien pensaría ¿cómo en la planeación estratégica? pues si, es cuando existe mayor capacidad de crear ideas que de ejecutarlas, lo que detona en exceso de metas, en una visión ambiciosa de logro, que se alimenta de un plan cuya ejecución es fantasiosa y provoca no sólo desgaste en el equipo sino un alto nivel de frustración por la falta de enfoque.

Bajo este escenario, ¿es posible entonces canalizar la presión laboral?

No caiga en el error de pensar que ya cumplió su ciclo organizacional, por una temporada de presión laboral mal canalizada. Wagner Eduarte

1. NOMBRE EL SENTIMIENTO PRIMARIO OCASIONADO POR LA PRESIÓN LABORAL

La inteligencia emocional nos permite rotular los sentimientos, pues al hacerlo los logramos comprender. Esto significa que tomamos consciencia de su origen, sus sensaciones, sus funciones y de las tareas que se pueden implementar para gestionarlos.

Generalmente el sentimiento más común en un contexto de presión laboral es el estrés, sentimiento sobre el cual gira una nebulosa creada por la psicología popular o por esas personas que han hecho intromisión en la psicología como ciencia con la moda del ¨coaching¨, que constantemente publican ¨Tips para acabar con el estrés¨, ¨La fórmula secreta para nunca más estresarse¨ y cosas por el estilo.

El estrés no es un enemigo, es una condición funcional y adaptativa del organismo que permite una activación para dar respuesta a las amenazas, en este caso la amenaza es el correo que cita, ¨se adelantó la reunión para mañana y deberás presentar el informe¨, ¨el cliente desea que dupliquemos el envío y adelantemos el mismo quince días¨, ¨el gerente está preguntando si esta semana ya el proyecto estará caminando¨.

Es así entonces que al rotular el estrés, no se cae en el juego infructuoso de evitarlo o acabarlo, sino en elegir las estrategias para canalizarlo y usarlo a favor.

2. AGUDICE SU ATENCIÓN

El estrés mal canalizado afecta la capacidad de razonamiento, esto al activar el sistema de amenaza, incluso la memoria puede jugar una mala pasada, por tanto es necesario regular el conjunto de respuestas cognitivas, emocionales, conductuales y ante todo fisiológicas que lo acompañan.

La mejor estrategia para potenciar la atención es la respiración que acompañada con la meditación ayuda a potenciar el enfoque, por lo que no tendremos esos pensamientos automáticos que nos llevan a saltar de drama en drama, creando una película de eventos apocalípticos, alimentado por un pensamiento rumiante que gira alrededor del estresor sin resolverlo directamente.

Una vez canaliza la atención, es posible poner el pensamiento en la solución y no en la amenaza.

3. APAGUE EL BOTÓN DE ALARMA

Yo le llamo el botón de alarma a ese aspecto en específico que activa el ciclo vicioso de la presión laboral, el cual en la mayoría de casos está invisibilizado o confuso en la mente de quien padece de esta condición.

Recuerdo a una persona que me decía después de un taller,

– ¨Wagner, tengo demasiada presión laboral, el cabello se me está cayendo, inconscientemente yo estoy frente a mi computador y me lo jalo, la verdad no me doy cuenta, ya no sé que hacer¨.

– ¨¿Qué es eso que específicamente te presiona?, fue mi respuesta inmediata.

– ¨Todo, todo me presiona, en esta empresa todo urge¨, respondió ella, sin sentirse comprendida.

– ¨¿Te presiona el no poder demostrar tu profesionalismo?, ¿te presiona el que no te evalúen de manera objetiva?, ¿te presiona que te comparen con tus colegas?, ¿te presiona la amenaza de perder el cliente?, ¿te presiona el tener que decir las cosas no salieron en el plazo solicitado?, fueron mis preguntas.

– ¨Realmente creo que pensándolo bien me tiene presionada el no poder demostrar mi profesionalismo dado que estoy en un puesto nuevo¨, añadió ella con una mirada de ¨bingo¨, fue en ese momento donde ella pudo apagar su botón de alarma y comprender que la presión ¨laboral¨ venía de su propia mente.

Sin duda la presión responde a un criterio auto-impuesto, se alimenta de un sistema cognitivo rígido, donde el pensamiento todo a nada toma el timón y nos lleva por la deriva sin comprender que la brújula sigue en nuestras manos.


CONCLUSIÓN

Si es posible canalizar la presión laboral, sea que la misma esté siendo alimentada por la competencia o por un estilo gerencial deficiente y para esto se puede apelar a la estimulación de la capacidad de afrontamiento emocional, bajo los tres pasos aquí expuestos.

Tal vez en su organización muchas cosas no cambien de la noche a la mañana y siga existiendo esa ¨presión¨, pero si considera estos 3 sencillos pasos tal vez tendremos una manera diferente de interpretarla y verla como una oportunidad de conectar con el potencial personal.


Wagner Eduarte es licenciado en Psicología y licenciado en Administración de Empresas, es un reconocido conferencista, asesor, psico-terapeuta y bloguero. Si desea comunicarse con Wagner escribe al
weduarte@grupocip.org

<All Posts

¿Quiere compartir este artículo con los suyos?
HAGA CLICK EN TU RED PREFERIDA

Share on X (Twitter)Share on LinkedInShare on Pinterest