¡Auxilio este ambiente me está asfixiando y no puedo renunciar!

Lic. Wagner Eduarte

¡Auxilio este ambiente me está asfixiando y no puedo renunciar!

Caminaba hacia el parqueo y una persona se me acercó a expresarme su agradecimiento sobre el taller impartido, sin embargo, hubo algunas palabras que detonaron en mi una gran preocupación, ¨Wagner, gracias por todas las herramientas compartidas pero quiero decirle que nada de eso aquí va funcionar, el ambiente laboral es el peor de todos, yo estoy esperando conseguir otro trabajo para salir corriendo¨.

Esta conversación me hizo pensar en las empresas que tienen un equipo de colaboradores sin alma, son esas personas que seguramente dicen que si a todo lo que le solicita su jefatura, pero su actitud en el proceso va acompañada de desinterés, apatía y desgano, lo que detona en baja productividad o bien termina afectando la satisfacción del cliente interno o externo.

Lo complejo de esta realidad radica en la hipocresía que alimenta la dinámica organizacional, haciendo que surjan una serie de síntomas y signos en el equipo que se encuentran invisibilizados y carcomen no sólo la salud organizacional sino al propio negocio. ¿Será posible que las gerencias no se percaten de esto?, ¿será que el enfoque en resultados nos impide visualizar esta amarga realidad?

EL CLIMA LABORAL NO ES UN TEMA ROMÁNTICO, ES UN TEMA DE NEGOCIO.


Ahora bien, mientras sus jefaturas toman consciencia, si usted se encuentra en esta condición, hay algunas acciones que puede implementar más cuando el factor económico le impide presentar su renuncia. Considérelas:

1. No asuma este reto como una lucha contra personas particulares, recuerde que es un asunto cultural: La cultura se define en gran sentido por el estilo de liderazgo y sus valores, son quienes permean al resto de la organización, sin embargo en ocasiones se transmiten una serie de vicios que se perpetúan en el tiempo, los cuales se refuerzan constantemente. Un ejemplo sería el caso de aquellas jefaturas que son de ¨puertas abiertas¨ para recibir chismes de sus colaboradores, práctica que lesiona la moral del equipo pero a su vez es reforzada por el estilo de liderazgo que se practica.

Su estrategia bajo este contexto no es atacar a las personas, es cuestionar la cultura y sus malas prácticas.

2. Establezca límites psicológicos: En un ambiente tóxico es fundamental practicar la asertividad, la cual facilita entre otras cosas el establecimiento de límites. En ocasiones se nos dificulta señalar las malas prácticas pues se teme a las represalias o bien al castigo por medio de un despido injustificado.
Lo que sucede es que entre más se cede el espacio individual, más se afecta la salud mental y física, lo que a su vez genera mayor insatisfacción laboral, restando entusiasmo y potencial.

Recuerde que cuando corresponda establecer un límite la forma es tan valiosa como el fondo, exprese su opinión con el tono adecuado, la actitud correcta y las palabras suficientes para validar su posición.

3. No se involucre en ningún bando: Los ambientes tóxicos van creando una división organizacional que se detona en la creación de alianzas y coaliciones, a veces son departamentos enteros en disputa abierta, en ocasiones son grupos dentro de la misma área de trabajo que polarizan, sea cual sea la condición, es necesario mantenerse al margen y no dejarse absorber por ningún grupo conformado. Alguien podría pensar que esta estrategia es de alto riesgo, pues al ser parte de un grupo podría contar con el respaldo de algunos miembros del equipo, sin embargo, más que un asunto de táctica de sobrevivencia es un tema de ética, de no negociar los principios y ser partícipe de una dinámica de equipo que puede dañar los propios resultados del negocio.

4. Acuda a la estrategia milenaria de ¨los papelitos hablan¨: En ambientes tóxicos en ocasiones los problemas de comunicación son constantes, algunos niegan su palabra, empeñan sus promesas, violentan los acuerdos o simplemente asumen que el mensaje fue recibido. Sea cualquiera de estos escenarios, lo mejor es la prevención, así que documente de la mejor manera todos los procesos comunicacionales que le permitan contar con evidencia cuando surjan los momentos de tensión y conflicto, esto puede facilitar una interacción objetiva y clara.

Entiendo que esto puede sumar más tiempo a sus labores, incluso puede perpetuar la burocracia pero termina siendo una idea que aliviana la carga emocional que se produce en ambientes de trabajo enfermos.

5. Busque el equilibrio entre la vida personal y lo laboral: El desgaste de energía es intenso en los ambientes de trabajo lesionados, es probable que al finalizar la jornada la moral así como las emociones estén en crisis, casi llegando al punto del colapso, por tanto es recomendable que usted cuente con una serie de rituales personales que le permitan desintoxicarse y poner su mente en tareas que le generen una recarga energética.

Recuerda cuando aquel jefe le decía, ¨los problemas personales se quedan en la casa¨, pues ahora invierta la secuencia y comprométase a dejar los problemas laborales donde corresponden, sólo así podrá mantener su atmósfera laboral saludable.

Si al aplicar estas ideas, usted no percibe una mejora en su capacidad de afrontamiento, le recomiendo que busque un espacio de acompañamiento psicológico (le recomiendo que haga clic en esta opción) donde usted pueda enriquecer sus habilidades socio-emocionales para hacerle frente a estos contextos de alta exigencia.

Wagner Eduarte es licenciado en Psicología y licenciado en Administración de Empresas, es un reconocido conferencista, asesor, psico-terapeuta y bloguero. Si desea comunicarse con Wagner escribe al weduarte@grupocip.org

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